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La cadena de frío en logística: proteger alimentos, proteger vidas

  • Foto del escritor: Jovani  García
    Jovani García
  • 1 jul
  • 5 Min. de lectura
cadena de frío

En Ravisa, entendemos que cada movimiento logístico es más que un trámite: es una responsabilidad. Y cuando hablamos de logística de alimentos perecederos, esa responsabilidad se multiplica. Porque no solo movemos cajas o mercancía. Estamos trasladando ingredientes que, si pierden su integridad, pueden afectar la salud de muchas personas. 


Hoy queremos hablarte, de colega a colega, sobre un aspecto que parece invisible, pero lo sostiene todo: la cadena de frío. Un concepto esencial en el mundo logístico y aduanal que no solo garantiza la calidad del producto, sino que asegura la inocuidad alimentaria a nivel global. 


¿Qué es exactamente la cadena de frío? 


Podemos definirla como el sistema continuo de control de temperatura que acompaña a un producto desde su origen hasta su destino final. Pero más allá de definiciones, la cadena de frío es una promesa de conservación que atraviesa todos los eslabones logísticos: producción, almacenamiento, transporte, distribución, y sí, también el despacho aduanal. 


En otras palabras, si algo falla en algún punto, todo el esfuerzo previo se puede perder. Una desviación de temperatura en puerto, en tránsito o durante una inspección puede transformar una carga valiosa en una pérdida total. 


¿Por qué es tan importante para la logística aduanal? 


Porque en cada operación aduanera con productos refrigerados o congelados, estás a cargo de una misión crítica. No solo es cuestión de que llegue rápido: debe llegar seguro, intacto y conforme a normas sanitarias nacionales e internacionales. 


Desde nuestro rol como agencia aduanal, sabemos que el despacho de mercancía con requerimientos térmicos exige tres cosas: 


  1. Conocimiento técnico 

  2. Agilidad operativa 

  3. Comunicación clara entre actores logísticos 


Y eso solo se logra cuando todos entendemos el impacto de mantener la cadena de frío intacta. 


Las temperaturas que lo definen todo


Para entender cómo y cuándo puede romperse la cadena, es clave tener en mente algunos rangos térmicos básicos: 

Temperatura 

Implicación en logística 

-18 °C o menos 

Nivel óptimo de congelación. Previene reacciones químicas y microbianas. 

0 °C a 4 °C 

Refrigeración estándar. Ideal para frutas, lácteos, cárnicos frescos. 

5 °C a 10 °C 

Zona de riesgo creciente. Aumenta la velocidad de degradación. 

>10 °C 

Riesgo alto. Desarrollo acelerado de patógenos y pérdida de propiedades. 

En el proceso logístico, incluso unos minutos a temperaturas incorrectas (por ejemplo, durante una revisión prolongada en zona primaria) pueden afectar el producto. 


Puntos críticos en logística y aduanas donde puede romperse la cadena 


Hablemos de esos momentos donde todo puede cambiar: 


1. Descarga y recepción en puerto o aeropuerto


Cuando una carga refrigerada llega al país, el tiempo de espera es el enemigo silencioso. Un retraso por documentos mal presentados o falta de coordinación con autoridades puede hacer que el producto pierda su temperatura ideal antes siquiera de pasar a zona secundaria. 


2. Almacenamiento previo al despacho 


No todos los recintos fiscales tienen infraestructura para mantener temperaturas específicas. Si no se planifica correctamente, los productos pueden almacenarse en condiciones que comprometen su estabilidad. 


3. Revisión física o muestreo 


Las inspecciones sanitarias, aunque necesarias, pueden extenderse más de lo ideal si no hay una logística adecuada. Cada minuto fuera del contenedor o del camión refrigerado cuenta. 


4. Transporte terrestre post-despacho 


Tras pasar aduanas, si el transporte no cuenta con sistemas térmicos adecuados, todo el trabajo anterior puede venirse abajo. La flota debe estar calibrada, monitoreada y alineada con el perfil del producto. 


¿Cómo podemos proteger la cadena de frío desde la logística aduanal? 


En Ravisa, proponemos trabajar bajo una lógica de anticipación y control, no solo de reacción. Aquí van nuestras recomendaciones, probadas en campo: 


1. Clasifica bien tu mercancía 


Desde la factura proforma, deja claro si el producto es refrigerado o congelado. No es lo mismo importar pescado fresco que productos cárnicos ultracongelados. Cada uno tiene requisitos específicos. 


2. Coordina con el recinto fiscal 


Asegúrate de que el almacén donde llegará la mercancía tenga capacidad de refrigeración o congelación si fuera necesario. No todos lo tienen, y es algo que se debe confirmar antes de que la carga arribe. 


3. Optimiza los tiempos de revisión 


Trabaja de la mano con SENASICA, COFEPRIS o autoridades portuarias para programar revisiones lo más rápido posible. Tener documentación lista, personal presente y procesos anticipados reduce al mínimo la exposición térmica. 


4. Monitorea la temperatura durante el tránsito 


Utiliza sensores de datos como registradores HI148 o termómetros HI151, capaces de medir y registrar temperatura en tiempo real. Algunos modelos incluso permiten alarmas si el contenedor rebasa el límite permitido. 


Estos datos, además, pueden servir como evidencia ante seguros o disputas por pérdidas. 


5. Educa al cliente final 


Sí, es responsabilidad de todos. En la entrega final, el cliente también debe tener infraestructura para recibir productos a temperatura controlada. La última milla es parte de la cadena de frío. 


Regulaciones a tener en cuenta 


Desde el punto de vista legal, hay normas que regulan estas operaciones, y cumplirlas no solo evita sanciones, sino que fortalece la trazabilidad: 


  • CE 852/2004 (Unión Europea): establece principios de higiene alimentaria durante todo el proceso, incluyendo transporte y almacenamiento. 

  • NOM-251-SSA1-2009 (México): especifica prácticas de higiene para el proceso de alimentos, entre ellas el control térmico. 

  • Codex Alimentarius: referencia internacional para normas de inocuidad en comercio de alimentos perecederos. 


Una buena agencia aduanal no solo agiliza el trámite, también garantiza el cumplimiento de estas normas con conocimiento y experiencia


¿Qué pasa si se rompe la cadena de frío? 


Las consecuencias pueden ir desde lo económico hasta lo legal: 


  • Pérdida de mercancía 

  • Rechazo de cargamentos por SENASICA o COFEPRIS 

  • Riesgos de salud pública 

  • Daño reputacional para importadores o distribuidores 

  • Multas o sanciones por incumplimiento sanitario 


En logística, lo que se pierde en temperatura se traduce en dinero, confianza y, en algunos casos, vidas. 


En Ravisa, somos aliados de la logística inteligente 


Sabemos que en cada embarque refrigerado hay mucho más que cajas: hay responsabilidad, compromiso, y vidas que dependen de lo que hacemos bien (o no tanto). Por eso, más allá de tramitar, nos ocupamos de proteger la integridad de tu operación


Nuestra experiencia en importación de alimentos perecederos, productos farmacéuticos y mercancía sensible nos ha enseñado que cada detalle cuenta. Y que cuando hablamos de cadena de frío, no hay margen para la improvisación. 

 

En resumen: proteger la cadena de frío es proteger la operación 


  • La cadena de frío empieza en el origen, pero se sostiene o se rompe en la logística

  • Una agencia aduanal debe ser más que un gestor: debe ser un guardián de la calidad. 

  • Anticiparse, coordinar y monitorear son los pilares de una importación exitosa. 

  • Cada grado cuenta. Cada minuto también. 

 
 
 

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